domingo, 29 de marzo de 2009

Una historia

Una vez, una niña nació.
Creada por el amor, y desarrollada en el vientre de su madre.
Esta niña, nunca lloraba, siempre sonreía, siempre. Su grandes ojos verdes enmarcados en unas enormes pestañas se achinaban cada de vez que una linda carcajada salía por su boquita.
Y creció, una infante preciosa, cabello rubio rizado, rodeada por el amor de su familia. Ella, seguía sonriendo.
Y creció, una niña sensible y con valores que los niños de su edad no poseían, inocente y bondadosa ayudaba y daba cariño incondicional, esta vez: lloró. Sus ojos se cambiaron, pasaron a ser marrones, la tristeza les agotó y necesitaron gafas. Su cabello, se oscureció, ya no solo había felicidad en la vida de esa niña.
Y creció, sin signo alguno de superficialidad, ella era natural, a su manera, no se comportaba para agradar a los demás, simplemente mostraba lo que tenía y quería a sus amigas. Volvió a llorar.
Madurando a destiempo, por delante de los demás, su sensibilidad la llevaba un paso adelante.
Y creció, una adolescente con el alma vendada, con algunos puntos para ayudarla a sujetarse, hilos de hierro. Precavida, no ofrecía su amistad a cualquiera, se volvió desconfiada y tímida, encerrada en su casa, con ilusiones secretas estudiaba. Encontró a una amiga, una hermana. Ella cambió. Y la Niña volvió a llorar, esta vez caían lágrimas rojas, el alma y el corazón se rompieron.
Y creció, una joven adulta resurgió, había amado, había escrito, había estudiado, y había vuelto a vendar con un botiquín lo ue quedaba de su alma y corazón. Ayudada por personas, aprendió y descubrió la valía de sólo unas pocas. Pero ella, estaba sola. Se sentía sola, ya no podría confiar, el miedo la impidía acercarse a sus amistades, se volvió tensa, fría y calculadora. Ahora era frágil, una escultura de fino vidrio, envuelta por un trapo y a lo alto de una estantería, escondida para evitar que se rompiese. Y volvió a llorar, pero esta vez, no por acciones ajenas, se preguntaba: "¿Cómo he llegado aquí?""¿Por qué no puedo salir y que la gente me observe, me conozca y vea mi reluciente brillo?""¿Por qué no me puedo quitar este sucio trapo?"
De este modo, permaneció escondida en el trastero...



CONTINUARÁ

miércoles, 11 de marzo de 2009

Querer ser querida

A que situaciones me expone este mundo, paradojas de la vida...
Soy yo la que no quiere abrazarse demasiado a la confianza de nadie, no quiere encadenarse (otra vez) a alguien, la dependencia a la que me lleva mi naturaleza... Por naturaleza soy dependiente, pero esto, es dañino para mí, es horrible, acaba conmigo, porque ¿Quién va a corresponder los sentimientos tan sumamente fuertes que tengo por ciertas personas? Nadie, realmente nadie. Es estúpido pensar que los demás no pueden sentir, no pueden amar, no pueden querer en el mismo grado que yo, es realmente estúpido. Pero no lo es tanto que no lo hagan hacia mí...

Y me veo en la incómoda situación, que en éstos ultimos años me ha acaecido... querer y no ser correspondida, que me quieran y no corresponder... quizás... es un castigo... El orden se alteraría, en primer lugar estaría lo segundo... y como consecuencia lo primero...

No sé si es por las malas experiencias (que no debería dejar que marcasen en mí), o por lo que veo en otras personas, pero ultimamente pienso que la confianza total me va a ser imposible alcanzarla... el amor absoluto... muy lejos lo veo... años luz...

Amistades inseparables... las hecho de menos, hecho de menos llamar todos los días a esa persona tan especial, a esa hermana, que te conteste sabiendo que eres tú y tirarnos una hora larga hablando... quedar todos los findes... contarnos absolutamente TODO, compartir todas las buenas experiencias con ella/el, que sea parte de mi vida, que no falte nunca... que no sea incómodo llorar en su hombro, que no dude al llamarla para desahogarme, que tenga la seguridad que no la estorbo.

Es como si quedase desemparejada, es divertido, pero recuerdo aquel capítulo de Los Simpsons, en que Bart no tenía alma... xDDDD Algo así estoy sintiendo... realmente fue un momento decisivo perderla... nunca pensé que sería un golpe tan duro...

Así que seguiré con mis esperazas... alguien tendrá que corresponderme ... digo yo... ¿no?